17 sept 2017

Catarsis bloguieril

10:35 p.m. 7

A veces pasa, que desbordas por todos lados y no sabes para que dirección salir corriendo. Que te agotas hasta el punto de no poder más, de necesitar soltar y esconderte. A veces pasa que las situaciones se reinciden negativamente y todo te lleva a tomar decisiones, a veces, incorrectas. La idea es que cuando desbordas, las decisiones sean postergadas y meditadas para evitar arrepentimientos, y hoy vengo a hablar justamente de lo feliz que me siento de haber sido capaz de postergar mis decisiones. Vengo a contarles que hace dos semanas estuve a punto de cerrar definitivamente el blog, y a mostrarles el proceso de mutación de este, con sus causas y puentes.

Un poquito de historia:

A principio de 2013 tuve lo que yo autodiagnosticaría como mi primera crisis existencialista. Fue bastante horrible y ahí si que no tenía idea de para donde disparar. Me arrancaron con brusquedad la alfombra de debajo de mis pies y quedé en el aire, había perdido el principio, y por ende, el rumbo. Hacía menos de un año atrás  había descubierto una inminente pasión por los fan fics, leía cantidades y disfrutaba hablando de ellos con mis amigas. Después intente escribir uno para ver si era capaz y salió algo que gustó a los demás lectores del género y que me generó un montón de revoluciones internas. Estaba cambiando, poco a poco abría las puertas de un mundo que desconocía pero que me llenaba de curiosidad. Volví a escribir un fic, mano a mano con una de mis mejores amigas, y resultó que fue el más leído de ese año entre nuestro entorno de lectores e intento de escritores. Fue algo increíble y esa novela me dio amistades nuevas y forjó firmemente mi relación con mi amiga con la que compartíamos el fic. Cuando la época de fan fics se terminó para mí, me di cuenta que sin buscarlo estaba sumergida en una adicción estrepitosa por la literatura romántica. Digo estrepitosa porque no hacía otra cosa que leer. En ese entonces usaba archivos pdf y leía en casa, en el trabajo, en casa de las pocas personas que visitaba, en el baño, e incluso sacrificaba mis pocas horas de sueño para poder leer. Estaba loca, pero recién hoy entiendo que me estaba refugiando. Los libros fueron el abrazo más grande posible, la contención, compañía y estímulo que no podía encontrar en mi misma. Entre el caos, aprendí que escribir también me hacía bien, y comencé a escribir una serie de relatos que reflejaban más o menos lo que sentía. No fue una época larga, creo que más que nada fue un proceso de mi vida con una enorme necesidad de exteriorizar la mayor cantidad de cosas posibles. Fue interesante e iluminador, y mientras duró llegué a necesitar compartir mis débiles escritos. Descubrí blogger, otro nuevo mundo que desconocía y me llevó casi dos años entender. (Ya sé, durísima).

A mitades del 2013 creé este blog. Mismo nombre con objetivos cambiados. Tenía un encabezado con mis primeros pasos en Photoshop (y era realmente mala), y nada más. No sabía que necesitaba gadgets, ni que existía un sistema de seguidores, y la verdad que no me importaba en absoluto.  Publiqué mis primeras cosas y seguí así por algunos meses hasta que leí en internet un par de reseñas y me volví loca. Yo no tenía con quien hablar de los libros que leía, y lo que había encontrado era una maravilla. Descubrí una nueva manera de blogguear y comencé desesperada, redactando y armando todo mal. Lo sabía y no me importaba, ahora resulta divertido y vergonzoso contarlo.
Un año y medio después de haberlo creado, me di cuenta de que necesitaba seguidores, que había mucho más que solo reseñas y encontré una de las pasiones más grandes de mi vida. Fue una época de descubrimientos, uno atrás del otro. Con ellos venían propósitos y más necesidades. Descubrí las colaboraciones, me emocioné hasta las lágrimas cuando conseguí la primera por parte de un autor nacional (gracias Pablo Nieto). Con el llegaron más y nuevos colaboradores, y con ellos se incrementaba mi pasión por el blog. Me había cambiado la vida y no lo podía creer ¡Estaba rodeada de escritores! Estaba feliz, y entonces descubrí las colaboraciones editoriales y lo muy difícil que era llegar a ellas. Otro propósito y necesidad. Llegó Ediciones Urano y con ellos el cartero tocaba timbre en mi casa todos los meses. De feliz pasé a pletórica, estaba en mi salsa. Al tiempo llegó Editorial Océano, y así el timbre por correo sonaba dos meses al mes. No me lo creía, pero así y todo tenía una aspiración enorme y súper difícil para un blog literario que recién nacía de a poco y que no sabía de que galera sacar los seguidores. Tenía la mira puesta en ediciones B, para mí era lo máximo que pedía, y lo hice con insistencia y constancia, dediqué horas y horas a mejorar el blog para volverlo atractivo a los ojos de la editorial. Aprendí a diseñarlo, a editar html, a usar herramientas nuevas hasta que me vieran. Crecí y me corregí gracias a esa necesidad y hoy tengo el blog que tengo por ese motivo. Cuando ediciones B por fin me vio, exploté. Estaba en la cima, y seguí en ella por mucho tiempo mientras que aparecían nuevas editoriales y más autores. Esta es sin dudas, una de las mejores experiencias de mi vida.

Hice amigos (que son ustedes) forjé relaciones más personales con algunos y me rodeé de personas que hacían lo mismo que yo. Todo era increíble y dependiendo de mis estados, el blog fue mutando de literario a literario y personal  a de nuevo exclusivamente literario y otra vez a personal con críticas de cine que nunca aprendí a hacer. He hecho de todo por mantenerlo activo, celebré cada aniversario, cada número redondo de seguidores, cada nuevo descubrimiento y cada recompensa, una por una. Pero entonces hace dos semanas, después de una seguidilla de situaciones, no pude más.

Lo que pasó:
Mi vida se desarmó el año pasado cuando perdí a mi abuela. No había pasado casi nada de tiempo cuando me enteré que mi papá estaba enfermo y casi no me di cuenta de lo rápido que pasó todo hasta que también lo perdí, a solo seis meses de que había perdido a mi abuela. Entre medio me mudé 3 veces, tuve problemas con la escuela de mi hijo y hace dos meses perdí también a mi suegra. No hace falta explicar que no tengo estabilidad, y esta vez no se trata de una crisis existencial, sino de la certeza de que no se puede vivir como si tal cosa con todo lo que me pasa. No puedo ser indiferente a lo que siento, y me abrumó el bloqueo lector más grande de mi vida. Esta vez no era solo un bloqueo. No podía leer, no quería. No podía reseñar tampoco, no tenía ganas de diseñar con lo mucho que me gusta. Para variar, se rompió mi computadora que a mis ganas le resta más puntos todavía. Así y todo, no me decidía a cerrar el blog.
Mientras mi vida personal se iba haciendo pedazos, también pasaron cosas en la blogosfera que voy a contar a mi manera y si alguien se ofende puede salir de esta entrada cuando guste. Convivimos en torno al mundo editorial bloggers, booktubers y bookstagramers. Puedo adaptarme a las modas o innovaciones (cómo más gusten llamarlo) pero las cosas se complicaron para mí y para varios que se dedican a lo mismo. Desde hace un tiempo, sacar fotos al estilo bookstagramer se volvió un requisito y la cantidad de likes obtenidos en instagram son más valorados que el arduo trabajo en una reseña. Perdimos la equidad en el ambiente y las cosas se complicaron para algunos de nosotros. Algunas editoriales comenzaron a colaborar solo con bookstagrammers, otras con blogs con cantidades de seguidores más altas, otras resultan inalcanzables y todos los días se pone más difícil permanecer, y cuando trabajaste duro por cinco años sin abandonar nunca, y este tipo de cosas te paralizan, créanme que empezas a perder hasta la motivación.

Me la banqué. No me fui y seguí con el blog a pesar de que mi vida era un desastre y todo lo que me propuse y obtuve para el blog comenzó a desmoronarse. Creí que podía seguir, que no era justo para mí tener que dejarlo, y entonces me llega el mail que tiro mis pocas esperanzas a la basura. Ediciones B, la que antes mencioné fue tan importante para el sostén y crecimiento de este blog, continúa sus pasos con PRH. Ya no forma parte ni de este blog ni de los muchos con los que colaboraba. Y no se trata de colaboraciones, de libros, del timbre por correo. Se trata de lo que todo eso significaba para mí. De lo mucho que me costó conseguirlo, de las horas que dediqué para llegar. Más allá de que no tengo muchos visitantes, para mí el blog era grande por eso, por lo que conseguí, por lo que trabajé, por cada cosa que me hizo crecer. Y si, no pude más.

Lo medite varios días, y entonces me senté en una computadora prestada, con miedo, pero bastante decidida a cerrarlo. No puedo negar que me dolía, y me dolía un montón, no me canso de repetir lo mucho que representa y significa el blog para mí, y estaba decepcionada de que se haya ido todo al tacho. Entré a blogger y abrí una pestaña nueva con google, y cuando quise darme cuenta estaba buscando plantillas nuevas, diseños y colores. Perdí la noción del tiempo y otra vez estuve hasta altas horas de la madrugada pintando de cero el blog. Volví a sentir la pasión por lo que amo que había olvidado, y ahí me di cuenta. No me voy a ir. No puedo, no quiero.
Una semana después sigo acá, presentándoles el nuevo diseño de mi blog (vayan a la página de inicio que es genial) y amo como quedó, y amo que siga en pie. Muté esta página tantas veces, que volver a mutarla para sobrevivir no me resulta algo dramático. Ya no voy a sostener un blog literario, de verdad no puedo. Pero este es mi espacio y amo reseñar, así que cada tanto van a leer reseñas aunque no tan periódicamente y con menos presiones. Voy a volver a escribir y publicar acá lo que se me de la gana, hacer catarsis y contarles si estoy enojada o feliz o lo que sea.

Estoy acá, permanecí y permanezco a pesar de todo. En junio se cumplieron 5 años de mi primer entrada y no hubo sorteos, festejos, ni nada. La primera vez. Esta es mi forma de celebrar hoy.

Estar, permanecer, insistir, y soltar.


Bienvenidos a este blog desordenado. Gracias por leerme.

7 sept 2017

Si no despierto - Lauren Oliver

12:56 a.m. 6

SI NO DESPIERTO  - LAUREN OLIVER - EDICIONES B 

Imagina que solo te queda un día de vida. ¿Qué harías? ¿A quién besarías? ¿Hasta dónde llegarías para librarte de morir? Para Samantha Kingston, una de las chicas más populares del instituto, el viernes 12 de febrero debería ser un día más en su fácil vida. Y lo es, hasta que esa noche muere en un terrible accidente. Pero Samantha vuelve a despertar una y otra vez en la mañana del viernes 12 de febrero, reviviendo hasta siete veces el que debía ser el último día de su vida. Tiene una semana por delante para darse cuenta de que en su mano está realizar pequeñas modificaciones… que pueden cambiarlo todo.

OPINIÓN PERSONAL 

Hola a todo el mundo
No logro terminar de salir de mi ausencia del blog. De a poco las cosas se van poniendo en su sitio, menos mi tiempo para permanecer aquí. Hoy aparezco con una reseña (aplausos, aplausos) en este caso, de un libro que quería leer hace rato pero que no se me dio nunca la oportunidad. El tráiler de la película me volvió loca y no pude resistirme cuando vi el libro en las novedades de la editorial.

Metiéndonos de lleno en la reseña, nos encontramos con Samantha, una adolescente americana que tiene su vida en donde ella quiere, o eso es lo que cree… Sam es una chica popular, junto con sus amigas forman el grupo más popular de la preparatoria y hasta su novio es el que cualquier chica quisiera. Este estatus le permite hacer cualquier tipo de cosa sin tener que pensar mucho en las consecuencias. Nadie se mete nunca con los populares. La trama comienza a desarrollarse cuando después de una fiesta descontrolada, Sam y sus amigas tienen un accidente automovilístico y después de este incidente, nuestra joven protagonista vive una y otra vez el mismo día, el 12 de febrero sin poder entender por qué.

La historia está dividida en 7 capítulos largos que representan cada una de las veces en que Sam despierta en el 12 de febrero. Cada vez que reincide al despertar intenta hacer las cosas de maneras diferentes para poder salir, pero no lo consigue. Solo recopila información y comienza a conocer a las personas que tiene a su alrededor, pero lo más importante, comienza a conocerse a ella misma.


Es raro hasta qué punto puedes conocer a alguien sin llegar a conocerlo del todo, supongo que es imposible llegar hasta el fondo de una persona.

La primera parte del libro es un poco más lenta, puesto que es más introductoria y se centra en dar a conocer a Sam, su estilo de vida y su entorno, pero a medida que la lectura avanza el ritmo se vuelve vertiginoso, más que nada por el halo de misterio que envuelve al extraño lapso en el que Sam está atrapada.

La narración está hecha en primera persona desde la perspectiva de Samantha, una perspectiva que varía y se llena de caprichos, dudas y descubrimientos mientras las horas siguen pasando.  Sam es un personaje con el que cuesta conectar, pero creo que esto es más que nada por su forma de ver la vida desde su burbuja de perfección. Al darse cuenta, o sospechar lo que está pasando, Sam se convierte en otra persona y el cambio que produce la realidad en ella es increíble. Más allá de todo no puedo más que sentir comprensión por este personaje, creo que cualquiera en una situación similar perdería un poco más que los estribos.

Sobre la autora no tengo gran cosa que decir, me sorprendió, me devolvió el placer por la lectura que llevaba semanas perdido y le voy a estar eternamente agradecida por eso. Venía de un bloqueo lector impresionante, posiblemente el más grande de mi vida, y este libro me volvió la necesidad desesperada de leer en cualquier lugar y a cualquier hora, lo que añoraba muchísimo.

Para terminar, quiero recomendar este libro por su prosa sencilla y ágil, por la originalidad de la idea y por la excelencia en el planteo de la historia. Para mí es un libro más que bueno y lo recomiendo para todas aquellas personas que gusten de un poco de misterio en una historia completamente impredecible. 

Gracias Ediciones B por el ejemplar.
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